Relación Humano Animal | Relaciónhumanoanimal

La relación humano-animal tiene una larga historia. Desde tiempos ancestrales y de manera universal, el ser humano ha mantenido un estrecho contacto con otros seres vivos. Algunos ejemplos de ello son los perros del emperador en China o los gatos en el antiguo Egipto (Levinson & Mallon,1997). La explicación, desde la hipótesis de la biofilia, es que el ser humano tiene una necesidad innata de compartir con otros seres vivos (Kahn, 1997). Por otra parte, se plantea que esta conexión también tendría una base evolutiva relacionada a la supervivencia (Beck & Madresh, 2008). De una u otra forma, los animales han estado presentes en la vida de las personas.

En la actualidad, existe evidencia consistente que permite decir que los animales de compañía han pasado a ser considerados como un miembro más de la familia. En Chile, la encuesta nacional de mascotas aplicada en el 2021 arrojó que, el perfil predominante de dueño es de género femenino (78.2%), adulto (entre 30 y 50 años, 65.9%) y tenedor de la especie canina (75.6%). En esa misma encuesta, el 99,7 de las personas declaró que su animal de compañía (gato o perro) contribuye a su felicidad y que lo consideran como parte de su familia.

Las intervenciones asistidas con animales son experiencias en las cuales se incluye de manera deliberada a un animal para poder cumplir con objetivos terapéuticos y/o pedagógicos que se plantean de acuerdo con la población objetivo y el profesional que las realizará (Chandler, 2012). En general existe bastante evidencia respecto a los aportes que los animales pueden generar en contextos terapéuticos, pero aún falta por explorar en la línea del área educacional y los efectos que podría tener su presencia en temas como convivencia escolar.

De esta manera, esta línea de investigación tiene como objetivo poner en el centro el cómo los animales generan efectos positivos en las personas.